Friday 10 October 2008

De monos, ratas, escarabajos y camellos

No, no, sigo vivo. Es que ya India quedo lejos y no es lo mismo sentarse a escribir en un paraje occidental. Hay una diferencia mental. No sabria explicarla muy bien pero mirar para afuera y no ver ninguna vaca me corta un poco la inspiracion. Si: la vaca es mi fuente de inspiracion, lo descubri hace poco. Y no es lo mismo irme al campo a verlas (hace un rato lei en el marketing de una botella de leche organica que, en su granja new-age, las llamaban "Las Chicas"); mis musas tienen que estar malnutridas, sueltas, soportando bocinas, comiendo basura y dando una cornada o dos, de mala gana, a turistas desprevenidos.

Escribo desde Cleveland, Ohio, EEUU. Ya era hora de descansar de cuartos minusculos de hotel, de viajes en colectivos imposibles y trenes eternos (tanto en tiempo de viaje como en cantidad de vagones), de no poder hacerse siquiera un te por propia cuenta, de decidir cada paso, cada comida, cada actividad de cada dia y de cada noche, de restaurantes con menues clonados el uno del otro, sin siquiera un sujeto inicial que fuera al menos digno de prestar su informacion genetica. Asi que aca estoy, propiamente descansando en la casa de los padres de Sonia, Inna y Eric, con comida casera, colchon comodo, paredes con pintura y ciervos y ardillas como unica fauna.

Por lo cual solo resta pasar a contar un par de sucesos de la ultima semana india. En resumen. Despues de bajar de Leh, me reencontre con Sonia en un pueblucho al final de su trek (no se si lo comente pero ella siguio 10 dias mas en el trek, yo me volvi con dos mas para Leh). De ahi seguimos a Manali por un rato, y de ahi, despues de 4 dias en Delhi para sacar la visa para EEUU, a Rajastan, ultimo estado de nuestro viaje. Primero un pueblito, Bundi, donde Kipling vivio varios años, con la gente mas amable de todo India; no me pregunten por que motivo pero nadie pedia precios absurdos por ser turistas, todos nos ayudaban, hablaban y etc sin esperar nada a cambio y se respiraba un aire de paz mas que necesario despues del par de dias en Delhi. (Como no recibi ningun mail supongo que nadie se entero --o peor...--, pero un dia despues de dejar Delhi fue cuando varias bombas explotaron alrededor de la ciudad, dejando varios muertos; una, en particular, exploto en Connaught Place, que es una de las zonas modernas por donde, el dia anterior, a una hora similar, habiamos estado caminando...) Segundo lugar fue Udaipur, con su palacio flotante y su fundamental importancia historica: "Octopussy", una de James Bond, fue filmada ahi. Tal era el orgullo de la ciudad que, sin miedo de exagerar, la totalidad de los restaurantes, en un unisono audiovisual surrealista, pasaba la pelicula diariamente a las siete. Se comenta que los mozos podian seguir el dialogo mejor que los actores originales. Pushkar consistia en nuestro siguiente destino, capital mundial de ropa hippoide, a precios muy baratos, lo cual devino en un impasse consumista del cual salimos con un par de kilos de mas en la mochila. Finalmente, luego de un fugaz paso por un templo que comentare mas abajo, llegamos a Jaisalmer, al lado del desierto Thar, con un fuerte enorme en medio de la ciudad, donde nos esperaba un safari en camello de 4 dias como experiencia culmine de nuestros seis meses de viaje. Mas informacion: abajo.

No era la primera experiencia con monos. Ya tuvimos que enfrentarnos a tal temible especie alla por Hampi, en el templo de Hanuman, donde perdimos en la batalla una botella de agua y el honor de nuestra especie. Vivimos una hora critica tambien en Dharamsala, donde un mono macho bajo de los techos mientras estabamos comiendo con otra gente y tuvimos que combatirlo con sillas de plastico. O en la reserva de tigres, donde Sonia fue al baño con la feliz idea de un par de bananas en su bolso y otro mono macho, mostrando dientes, la agarro del pantalon y tuvo que ser espantado a piedrazos por gente del lugar.

Pero esta vez fuimos advertidos: "Lleven un palo para espantar a los monos; no los miren a los ojos porque es señal de desafio; no lleven nada brillante que les pueda llamar la atencion". Y ahi partimos, bolsos cerrados, palo en mano, a subir al fuerte abandonado en las alturas de Bundi. El lugar, salido de una pelicula de Indiana Jones (o, mas probablemente, una pelicula de Indiana Jones salida del lugar), se trataba de una serie de enredaderas y flora de todo tipo luchando ferozmente por adueñarse de los bloques de piedra que componian la otrora fortificacion. Apostada en la cima de un monte, con una vista increible del pueblo celeste y rosa, tambien contaba con una exorbitante poblacion de monos: familias enteras jugando, escalando paredes, durmiendo en la sombra y peleando por sus fronteras.

Visitadose el lugar, sacadose las fotos y cuidadose de los monos, procedimos a sentarnos sobre una de las paredes a disfrutar de la vista junto a la puesta del sol. Con ningun objeto al alcance, nos despreocupamos del par de monos, madre e hijo, que nos ignoraban un par de metros arriba de nuestras cabezas. Y ahi Sonia, como buena chica rusa, tuvo la genial idea de sacarse las ojotas (en toda casa rusa hay que dejar los zapatos en la puerta). Fue cuestion de un segundo de distraccion lo que hizo falta para que el hijo-mono se descolgara por la pared, arremetiera a la carrera en linea recta al calzado y, todo en el mismo movimiento (previamente calculado), agarrara con dos de sus dedos una de las ojotas y se perdiera entre unos arbustos. Al grito de Sonia empece a perseguirlo (caminando, sin ser agresivo, no sea cosa de enojar a la familia), pidiendole en idioma humano que me devolviera lo robado, hasta que se subio a la rama de un arbol bajo, se sento desafiante y se puso a mirarme a la vez que probaba el sabor del objeto y descubria que no era comestible. Pero un mono es un mono y que nadie crea que "...pobrecitos, roban para comer..."; no, roban por que les gusta el proceso de robar algo, analizarlo y ver a las criaturas que los siguen con su cola inexistente y sus dos patas que ni siquiera son lo suficientemente fuertes para perseguirlos colgados por los arboles...

Entonces en esa situacion estabamos: el monito, divertido, mordiendo una ojota de plastico y mirandome entretenido desde su altura, desafiando por completo a la teoria de la evolucion, riendose a carcajadas de Darwin desde su mente de mono. Y ahi mi mano, ciega por los confines del caos de mi bolso, encuentra un papel metalico envolviendo unos caramelos frutales. La misma mano saca el paquete, entero, con su brillo. El mono, su vista disminuida por las ramas de un arbol que dividia nuestras posiciones, deja de mascar plastico y muestra su interes moviendo su cabeza unos centimetros al costado, con actitud curiosa, buscando un angulo de vision ininterrumpido hacia el paquete y mi mano. Abierto el envoltorio, un ovaloide de color sale volando a una tercera posicion, neutra al dominio de cualquier de las dos especies envueltas en tamaña batalla evolutiva. Dos, tres, cuatro segundos pasan, segundos de duda, segundos que harian temblar al mas habil de los directores de cine de misterio, segundos que en si mismos representan el rechazo tajante de una teoria determinista, de un destino impreso en los libros universales, segundos imbuidos de aleatoriedad, de cambio, de poder sobre el futuro, que el mono usa para barajar las consecuencias de sus posibles acciones. Segundos tras los cuales Darwin vuelve a dormirse, tras su breve pesadilla, y el mono deja caer la ojota y salta al suelo a buscar su nuevo objeto, emitiendo un sonido mezcla de gozo e incertidumbre mientras lo prueba y me mira desde detras de sus ojos de derrota. El mono macho (que no llego a ser cabeza de familia por mostrar un tamaño menor y una actitud amistosa) entra en escena en ese momento; me mira, mira a mi enemigo, me mira, piensa durante unos segundos y, por suerte, decide que el suceso no es lo suficientemente preocupante como para dejar de distraerse con un pajaro que nos sobrevuela. Ojota en mano, vuelvo, triunfal, a nuestro territorio.

Pero que pasaria si alguna mente macabra, enemiga de la especie humana, sugiriera la idea de que al haber obtenido su caramelo, el mono (o, aun mas, toda su especie) hubiera ganado la batalla evolutiva? Mi sangre se hiela de solo pensar en la posibilidad, prefiero desestimarla.

Un par de dias despues, ya descansados de tan extrema experiencia, llegamos con Sonia a la puerta de un templo al sur de la ciudad de Bikaner, destino intermedio entre Pushkar y Jaisalmer. Entramos a pie descalzo (como en todo templo indio) y pasamos la primera de las puertas. Hasta aca, nada que no se haya visto en otro de los miles de templos que uno recorrio. Pero cruzando la segunda puerta, justo abajo del marco de la misma, un animalito de pelo suave y bigotes nos recibe cortandonos el paso en su ligero trote de rata. Lo curioso es que ni Sonia ni yo nos sorprendemos. Hasta ayer yo andaba saltando en el lugar cada vez que una de estas siquiera aparecia ante mi vista. Hoy, sin embargo, nada.

Es que cuenta la mitologia hindu que el famoso dios con cabeza de elefante, Ganesh, se trasladaba sobre una rata, supuestamente como simbolo de su capacidad de superar cualquier obstaculo (caracteristica de la rata). Un par de generaciones mas adelante y despues de otras leyendas en las que no me voy a extender aca (o de algunos hindues que no alcanzaron a advertir el simbolismo y se abrazaron a la literalidad), la rata alcanzo el status de animal sagrado y, con ello, su templo privado. Asi es como cerca de 20.000 ratas viven y reinan detras de las paredes y son visitadas por miles de peregrinos año tras año (aunque la expresion "miles" para denotar multitudes se queda corta en un pais como India); y por varios turistas curiosos, como nosotros.

Asi que ahi nos encontramos, sin miedo, viendo como cientos de ratas corrian a nuestro alrededor, tomaban leche de una fuente especialmente dispuesta, comian de la mano de varios turistas indios, se peleaban entre si, dormian o posaban para las fotos. Por suerte respetan a los humanos, se les acercan a un distancia inversamente proporcional al miedo que se les tiene pero en general no los tocan; aunque se dice que es buen augurio si una rata camina por sobre tus pies. Mientras sacaba una foto en cuclillas vi de reojo como una rata se interesaba en mi pie izquierdo, vi como de a poco caminaba, dudosa y lentamente, hacia el, hasta llegar a una distancia demasiado corta para la tranquilidad de mi mente, por lo cual me pare y la asuste; asi perdi la oportunidad de ser bien-augurado (aunque busco consuelo en creer que con la sola intencion de la rata ya cuenta).

Leimos tambien por ahi que hay solo un par de ratas blancas entre las 20.000 y ver alguna de ellas equivale a un cumulo de buena suerte. Esta vez la buena suerte nos toco y vimos, a falta de una, dos ratas blancas entre la multitud, lo cual condujo a un circulo virtuoso de mayor buena suerte. Sera que cegados por nuestra tormenta de suerte fue que no vimos que caminabamos sobre una superficie rugosa, algo humeda. Habremos creido que las ratas estarian entrenadas para ir al baño tambien? Para evitar entrar en detalles dejenme cambiar de tema y contarles como un orgulloso padre dejaba a su bebe de meses de edad gateando en el suelo buscando animalitos para jugar. Dejenme evitar describirles la cara de terror de la rata (si alguno cree que las ratas no ponen cara de terror es simplemente porque nunca vio a una rata con mucho miedo) cuando vio a ese objeto cuadrupedo acercandosele con la mano extendida, arrinconandola en una pared, sin agujero a mano para escaparse, soportando la pesada carga de su piel imberbe contaminada con bacterias de vaya-uno-a-saber que lugar. Pobre rata...

Es triste decir que uno de los momentos mas intensos de mi viaje haya sido rodeado de ratas, caminando sobre sus heces, pero la sinceridad ante todo. Para los masoquistas como yo: abajo pueden encontrar un par de fotos.

Al otro dia, ya en Jaisalmer, nos decidimos por un operador de safaris y partimos para el desierto, a la mañana siguiente (23 de septiembre, cumpleaños de Sonia), en jeep. Del guia no hay mucho que pueda decir. Tal vez es por la cantidad de turistas europeos que pasan por Rajastan (destino comun para unas vacaciones cortas de 2 o 3 semanas a la India ya que queda cerca de Nueva Delhi) pero mi sensacion es que los lugares ahi son mucho mas "falsos", hechos para turistas. Por supuesto que no son comparables a lugares falsos en EEUU o similar, pero ciertas cosas tienen un dejo de no-autenticidad que no termina de agradarme. La cuestion es que este guia me dejaba ese sinsabor, buena gente, pero a pesar de sus esfuerzos nunca terminamos de cuajar.

Sin embargo esto no impidio que disfrutaramos la experiencia de dormir sobre autenticas dunas, sin carpa, tan solo arriba de unos colchones cubiertos con una frazada y con un cielo tapado de estrellas. Y realmente tengo que hacer honor a los chapatis del guia, de los mejores de India.

Pero ahora paso a mi tema preferido, la fauna del lugar. Cae la noche, el calor descansa y da lugar a un chai y unos snacks locales fritos. Los ojos lentamente terminan de acostumbrarse a la oscuridad reinante y en medio del negro de la arena, distinto al negro del colchon, un grado mas tenue que el negro de las piernas y uno mas oscuro que el negro de la negra noche, varios otros puntos negros nos rodean en un negro movimiento. Negra es la sensacion y negro el grito que la acompaña. Pero blanca la luz de la linterna que se apaga tras el negro reto del guia. Es que el blanco atrae al negro y con el a los escarabajos (ironicamente negros).

Simpaticos animalitos cuando se los ve durante el dia. Pero la simpatia se ennegrece cuando uno se encuentra rodeado de esta especie de zombis que se acercan desde todo angulo, incansables. Es que temprano a la mañana, tras haber infundido terror en los humanos del area, se los ve, inocentes criaturas, llevandose bolas de mierda de camello, haciendolas rodar por los escarpados terrenos con sus patas de atras, dedicamente cavando un hueco en la arena y metiendose dentro con su bola y su negrura a sobrevivir al calor inhumano del dia. Rotada la Tierra vuelven, contentos, a la superficie, a buscar mas comida (y, me olvidaba, aterrorizar humanos), y son misteriosamente atraidos por el calor y la luz. Al dia de hoy no entiendo el absurdo de esconderse del calor durante todo el dia y, a la noche cuando salen, ir a buscar el calor. Bicho contradictorio si los hay... La solucion para librarse de ellos consiste en no hacerles asco, agarrarlos con la mano y tirarlos bien lejos cual canto rodado. De cualquier manera es siempre inevitable levantarse a la mañana siguiente y encontrar varios en trance debajo del colchon.

Pero mi mente nunca se va a olvidar de la cara misma del terror. La noche en que, sentados esperando la cena, mi oido se atrevio a profanar la negrura del sonido nocturno (porque el sonido tambien puede ser negro, a veces) y sintio un reptar siniestro (mi memoria me dice que vio algo tambien, aunque seria imposible). Atraido y repelido a la vez por el misterio en ciernes cometi el error de quebrar el velo obligado, la ceguera impuesta por el mismo Diablo. Revelada la posicion de la linterna, y esperando encontrar una serpiente (el Diablo en persona quizas), mis ojos vieron dos objetos negros, dos negruras diabolicas, dos escarabajos encimados, uno arriba del otro, caminando, moviendose a traves de la arena, quizas la formacion inicial que daria paso, escarabajo tras escarabajo, a un cuerpo humano... Infiltrado su secreto, los dos humanoides desarmaron su posicion, giraron hacia la luz y ferozmente empezaron a avanzar hacia mi. Jamas en mi vida vi a dos escarabajos caminando tan rapida y decididamente hacia un objetivo. No basta llamar panico a la sensacion que me invadio y me obligo a apagar la luz para sumergirme en la materia misma de mi propio enemigo. Espere en la oscuridad el momento en el cual sus negruras llegaran hasta mi posicion, pero eso nunca ocurrio, misterio final para cerrar este misterioso tema...

Por lo cual, para terminar con este blog animal paso al siguiente: el camello, conectado a los escarabajos mediante sus particulares desechos, pero sin compartir sus inclinaciones satanicas. Ya desde Bikaner es interesante ver, en medio del trafico, a estas moles de mas de 2 metros llevando carga o gente. Lejos de ser un objeto turistico es un animal tan usado para quehaceres cotidianos como el caballo.

Todo animal tiene su personalidad particular. O, al menos, nosotros los humanos, en nuestro intento de humanizar a todas las criaturas, les otorgamos sentimientos y emociones, quizas inexistentes. Pero estoy seguro de que, en el caso de los camellos, no me equivoco. Tienen su personalidad particular y esta consiste, particularmente, en quejarse. Y el mio era experto en su personalidad, quizas por eso me caia tan bien. Kalu se llamaba. Temprano a la mañana, arrodillado (para cargar y descargar pasajeros), se quejaba con cada nuevo peso que los guias le ponian encima. Y las quejas no eran autenticas quejas tampoco, sino mas bien quejas resignadas, con esa resignacion del que se sabe presa de su dueño, quejas templadas por el rumiar continuo de sus mandibulas. O cuando llevaban primero a los otros dos camellos a comer a los arbustos, Kalu quedaba, ultimo, vocalizando su queja ante la injusticia cometida. Reacio a mis intentos de acercamiento al principio, Kalu cambio su actitud cuando pedi parar la campana que tenia en el cuello (demasiado para mis oidos su continuo tintinear), creo que, despues de toda una vida de estar encerrado en semejante pesadilla auditiva, lo aprecio bastante.

Y asi termino el viaje indio, ya solo me restaban 2 trenes mas para volver a Delhi y un avion mas para irme de ahi. Y este es el lugar donde deberia escribir unas palabras finales, una reflexion culmine de semejante viaje, pero realmente soy pesimo para este tipo de cosas, casi tan malo como para pensar titulos (ya lo habran notado), no tengo a mis musas las vacas y, por otra parte, mi viaje esta todavia demasiado cerca en el tiempo como para sacar conclusiones acerca de que represento para mi. Este tipo de conclusiones vendran en un par de meses, quizas pueda mantener este blog vivo el tiempo suficiente como para llegar a escribirlas. En principio espero escribir un poco la proxima vez sobre el pais de las 20.000 opciones y el Sindrome de las Piernas Inquietas y las supersticiones rusas a las cuales debo atenerme y la vida de una familia de inmigrantes rusos en sus primeros meses en un pais extraño.

En fin, gracias por tener la paciencia de leer hasta aca, en breve espero estar en Argentina y ver a varios de ustedes. El 23 de octubre, si nada sale mal y todo sale bien, sera posible.



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2 comments:

Seba said...

que buenas fotos panchoooo!
y para cuando el relato de tu paso por la mitica ham jarbor??? (tambien conocida como la cuna del frisbi golf...)

Dany Jaimovich - Bakary Baludin said...

guaaa, que pena terminó el viaje, yo seguía este Blog para viajar también un poquito contigo, así que ahora también me siento un poco parte del final.

Espero, y estoy seguro!, que el viaje interior continua, asi que esto no se acaba señores!!!

Un abrazo.